sábado, 12 de abril de 2008

Cuento Comico, Camionero accidentado

Cuento Comico, Camionero accidentado





Esto es un conductor de camiones que transporta 75 toneladas de nitroglicerina y justo en lo mas alto de un collado se da cuenta de que no tiene frenos y empieza a bajar cada vez mas rapido. El camion va derrapando como si fuese una moto, esquivando como puede a los coches que vienen en direccion contraria. Va trotando todo el rato, porque el firme de la carretera esta lleno de baches, y de vez en cuando choca ligeramente con el muro que hay al lado de la carretera. El conductor intenta en vano encontrar algun desvio, y al final el camion se sale de la carretera por una curva que da a un precipio profundisimo. El desgraciado conductor intenta quitarse el cinturon de seguridad, pero se ha atascado; mientras el camion va cayendo, se las apaña para cortarlo con una navaja que se le escurre entre los dedos
varias veces, porque los tiene llenos de sudor. Intenta abrir la puerta, pero en uno de los choques contra el muro se ha deformado y es imposible moverla, asi que coge el extintor y empieza a golpear el parabrisas; como es de
cristal superesistente le cuesta mucho, pero al final consigue romperlo y
salta. Sin embargo, se engancha con los vaqueros en uno de los hierros;
intenta soltarse, pero es imposible, asi que se los quita y por fin sale del
camion. A pesar de que no ve nada, porque ha perdido las gafas, consigue
agarrarse a una ramita. En ese momento, el camion explota con tanta
violencia que a su alrededor cae una lluvia de fragmentos ardiendo y se
produce una avalancha encima suyo. El hombre aguanta como puede los golpes
de las piedras en la cabeza, pero la ramita es demasiado pequeña y se
desprende. El camionero baja rodando por el barranco, golpeandose con
todas las piedras, casi pierde el conocimiento, hasta que consigue
agarrarse a un cardo borriquero y cree estar a salvo; sin embargo, debajo de
esa rama hay una colmena. Nuestro hombre es alergico al veneno de las
abejas, pero como no puede soltarse porque la caida seria mortal, aguanta
impasible sus picaduras. Transcurre un rato que le parece una eternidad
hasta que oye unos gritos; le dicen que le han visto y que van a llamar a la
Guardia Civil. No hay ningun telefono cerca, asi que tienen que ir hasta el
pueblo mas cercano, a 20 kilometros de distancia; un atasco impide que
la ayuda llegue pronto, y cuando llega la Guardia Civil se dan cuenta de que van a necesitar cuerdas para llegar hasta el fondo para rescatarle, y vuelven
a por ellas. El camionero aguanta varias horas bajo el sol ardiente, que le produce quemaduras de tercer grado, pero al final es rescatado. Entonces uno de sus salvadores le dice:
- Gracias a Dios se ha salvado.
- No, gracias a Dios no, me he salvado gracias a ese cardo, porque
las intenciones de Dios estaban bien claras.

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